Escrito por: Dra. Lilia Córdova, Psicóloga Clínica.
Actualmente, hablar de videojuegos implica casi de forma automática la palabra “adicción”. Muchos padres y madres al referirse a la forma de jugar de sus hijos, los clasifican ya como “adictos a los videojuegos”. Sin embargo, es necesario hacer una distinción y saber cuándo es necesario buscar ayuda y cómo manejar este tipo de recreación con los niños y adolescentes principalmente.
Factores que determinan una adicción:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) integra por primera vez la adicción a los videojuegos como parte de la sección de “trastornos mentales, del comportamiento o del desarrollo neurológico”. En este apartado, la OMS indica que la adicción conlleva a un «incremento del deseo de jugar y del grado de prioridad que se le da a jugar en relación a otros intereses y actividades diarias«, lo que trae consecuencias negativas y aleja a la persona de sus actividades cotidianas.
Algunos factores que la OMS nos llama a tomar en cuenta para saber identificar un trastorno adictivo y pedir ayuda:
1.- Falta de control: el paciente no puede controlar la intensidad ni la frecuencia del tiempo que utiliza para jugar.
2.- Priorización: la persona deja actividades gratificantes o incluso responsabilidades adquiridas como el estudio, el trabajo, o acciones que son parte de su cotidianidad, de lado para tener más tiempo para el juego.
3.- Incremento de la intensidad de juego: la persona presenta un aumento en la motivación para jugar y la escalada del juego.
Debemos ser muy cuidadosos, ya que al hablar de adicción nos referimos a una enfermedad, por lo que es importante considerar las condiciones extras que nos indica la OMS para que pase de un simple juego a un padecimiento.
La persona que ya es adicta a los juegos de video presentará, además de los factores mencionados, afectación en el área familiar: pérdida de la comunicación y el tiempo en familia; el área escolar y/o trabajo: bajo rendimiento, problemas para socializar con l@s compañer@s y el área de recreación: perdiendo el tiempo de actividades al aire libre o prácticas saludables, incrementando el sedentarismo que implican los videojuegos. Además, la OMS indica que la para ser considerada, la persona, adicta a los juegos de video, es necesario que esta actitud y condiciones se mantengan de forma reiterativa por un período de 12 meses.
En caso de que estas condiciones no se presenten en su totalidad, no hablaremos de adicción, entonces estaremos frente a lo que llamamos un mal hábito de juego, o quizá una conducta que nos puede llevar a la enfermedad, aquí es necesario intervenir, buscar ayuda profesional y seguramente lo podremos controlar y prevenir que se desarrolle una adicción.
Los videojuegos sí pueden ser una actividad recreativa
Los juegos de video pueden ser recreativos e incluso pueden ayudar a que puedan desarrollar su autocontrol, o dependiendo el tipo de juego, su habilidad de estrategia, entre otras. Todo depende, entonces, del manejo que le den los padres o los cuidadores al tiempo que los niños o adolescentes dediquen al juego. Lo importante es no satanizar el juego ni la exposición a pantallas ya que eso lo hace más apetecible.