Escrito por: Dra. Mayra Nogales, Psiquiatra.
La depresión es una enfermedad que puede presentarse en personas de cualquier edad incluidas la adolescencia y la infancia. A menudo los síntomas pueden ser ocultados debido a la dificultad de niños y adolescentes de comunicarlos a los adultos y a la falsa creencia de que la depresión no se da en estas etapas de la vida. Sin embargo, tiene una alta prevalencia. Un meta análisis que reunió 26 estudios y que observó a más de 60 000 niños y adolescentes entre 1965 y 1996 calculó una prevalencia de 2,8 % en menores de 13 años y de 5,6 % entre adolescentes de 13 a 18 años.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas en niños y adolescentes son diferentes a los síntomas de los adultos. Los siguientes se observan comúnmente:
- Estar triste o irritable la mayor parte del día, casi todos los días.
- Perder interés en las actividades que solía disfrutar.
- Perder peso sin hacer dieta, o estar menos interesado en comer.
- Dormir demasiado o muy poco y no tener energía.
- Parecer inusualmente inquieto o muy lento.
- Culparse a sí mismo por cosas que salen mal: sentirse inútil o culpable sin ninguna razón.
- Tener problemas para concentrarse o tomar decisiones; disminuir el rendimiento escolar.
- Pensar o hablar mucho sobre la muerte.
Los niños y adolescentes también pueden aquejar síntomas físicos que no tienen una causa clínica, como dolores de cabeza, de estómago, de brazos o piernas. Muchos jóvenes tienen tendencia a lastimarse, realizarse cortes o rasguños o incluso tener intentos suicidas. Consumo de alcohol o drogas también pueden presentarse.
Para establecer un diagnóstico no se requiere la presencia de todos los síntomas. Si un niño o adolescente presenta los dos primeros síntomas y al menos dos más de los anotados, con una duración de por lo menos 2 semanas, entonces es probable que esté experimentado depresión.
¿Qué puede pasar con su hija/o?
El padecer depresión y no recibir atención oportuna puede provocar un deterioro en la vida social, familiar y académica de quien lo padece. Un brote de depresión puede durar alrededor de 7 meses y en 50% de los casos desaparece solo. Pero los casos en los que no desaparece, la depresión puede durar hasta un año o sufrir recaídas dentro de la adolescencia o edad adulta. Hasta un tercio de los adolescentes que no han recibido tratamiento podrían tener un intento suicida.
¿Qué hacer?
Es imprescindible buscar ayuda psicológica y psiquiátrica para poder determinar el tratamiento más adecuado en cada caso. Todo tratamiento en niños y adolescentes debe abordarse en forma integral y los padres o cuidadores son parte fundamental del mismo. Las depresiones leves pueden ser tratadas solamente con psicoterapia pero los casos moderados y graves requieren la utilización de algún antidepresivo. Si el adolescente ha tenido un intento suicida es probable que requiera una hospitalización urgente para poder salvaguardar su integridad y ofrecer un tratamiento integral.